Opinión: ¿Cómo superar los errores y lograr una restauración efectiva?

Francisco Torres-Romero habla sobre la estrategia nacional de restauración.

Nota publicada en El Espectador 21 de septiembre de 2023 – 16:07 p. m. https://www.elespectador.com/ambiente/bibo/opinion-como-superar-los-errores-y-lograr-una-restauracion-efectiva/

En 2021, la ONU declaró la década para la restauración de los ecosistemas a nivel mundial, como medida para luchar contra el cambio climático, contribuir a la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la conservación de la biodiversidad. Así mismo, en el 2022 y en el Marco Global Kunming- Montreal de Diversidad Biológica, se estableció como meta para 2030 lograr la restauración efectiva de al menos un 30 % de los ecosistemas terrestres, de aguas continentales, costeros y marinos degradados. En las últimas décadas, los gobiernos en Colombia se han fijado grandes metas de restauración, sin embargo, los resultados obtenidos por ahora no son los mejores, teniendo en muchos casos un desempeño deficiente. Con base en lo anterior, es pertinente preguntarnos si ¿con la actual estrategia nacional de restauración de Colombia (2022 – 2026) se pueden superar los errores y lograr efectivamente la restauración de los ecosistemas y el cumplimiento de las ambiciosas metas nacionales e internacionales?

Esta estrategia presentada el pasado junio, establece una meta nacional muy ambiciosa: más de 750 mil hectáreas restauradas. Uno de los aciertos de la estrategia es el enfoque planteado que orienta los procesos de restauración a escala de paisaje para recuperar la funcionalidad de los ecosistemas, incrementar la resiliencia frente al cambio climático, revitalizar los territorios, generar economías para la vida y mejorar el bienestar de las comunidades. Otra es la priorización de las áreas a intervenir a partir del estado de integridad ecológica, áreas protegidas y de reserva forestal, áreas comunitarias de reservas campesinas, consejos comunitarios y resguardos indígenas, municipios con menos del 10% de su extensión con bosques, sub zonas con mayor vulnerabilidad por desabastecimiento de agua en temporada seca, municipios que integran núcleos de reforma agraria y municipios PDET /PNIS.

Otro aspecto a destacar es la convocatoria nacional de participación que integra los diferentes grupos de interés (comunidades, entidades públicas, empresas, academia y sociedad civil) relacionados con la restauración de ecosistemas y la buena acogida en las diferentes regiones y sectores. Tal vez, frente a la necesidad y urgencia de avanzar contundentemente en este tema, si se pueda llegar a consolidar una convocatoria de un verdadero acuerdo nacional en el que toda la sociedad en su conjunto aporte y se beneficie.

En evaluaciones realizadas a diferentes iniciativas regionales y nacionales de restauración como el programa SINA II (2004 -2012) y análisis de algunos casos puntuales, se han encontrado varios errores, se han identificado algunas lecciones aprendidas y se han formulado diferentes recomendaciones. A pesar de contar con varios de estos ejercicios, en una reciente evaluación realizada por el IDEAM mediante imágenes satélite en áreas reportadas en proceso de restauración, donde se analizaron aproximadamente 260 mil hectáreas entre 2007 y 2022, se encontró que solo en cerca del 6% de estas áreas se evidencia ganancia en vegetación leñosa y nuevas coberturas vegetales.

Esto nos lleva a suponer que es posible que se continúen repitiendo varios de los errores identificados en el pasado. Para no ir tan lejos, el gobierno anterior en el marco de la siembra de 180 millones de árboles y con dinero público, el mismo Ministerio de ambiente promovió, en octubre de 2021, una “gran sembratón de cinco millones de árboles en un día” y en diciembre de ese mismo año lanzaron 25 mil semillas desde un helicóptero al Amazonas, iniciativas que evidentemente no tuvieron una debida planeación, diagnóstico, selección de especies, ejecución técnica y sin un apropiado monitoreo. Hasta ahora, no se conoce ninguna evaluación objetiva sobre los resultados obtenidos de estas publicitadas actividades.

Para tratar de superar algunos de estos errores y barreras, favorecer las condiciones habilitantes y contribuir efectivamente con la restauración de los ecosistemas y el avance en el cumplimiento de las amplias metas nacionales e internacionales, es importante tener en cuenta que:

Se debe dejar de pensar y actuar únicamente con la urgencia de cumplir indicadores de ejecución presupuestal y metas anuales a corto plazo. Se deben planificar verdaderos programas regionales de restauración de ecosistemas a gran escala y a largo plazo, con participación, articulación e integración a los diferentes grupos de interés; que además se conciban como procesos integrales de restauración y no solos como proyectos ejecutados de forma aislada; deben estar sintonizados con los principios y estándares internacionales para la restauración de ecosistemas e incorporar buenas prácticas en restauración. Se deben plantear objetivos y metas concertadas a corto (1 a 3 años), mediano (3 a 10 años) y largo plazo (10 a 30 años), con ejecución secuencial por etapas de mínimo tres años, con presupuestos y cronogramas aterrizados a la realidad y necesidad de cada región.

Para lograrlo se debe fortalecer las capacidades técnicas al interior de las entidades públicas, por ejemplo, tener equipos técnicos permanentes al interior del Minambiente, IDEAM y las corporaciones autónomas, dedicados tiempo completo a promover, coordinar y articular con los diferentes actores e instituciones, para gestionar nuevos recursos, lograr superar las ejecuciones presupuestales anuales y orientar técnicamente la formulación e implementación de los nuevos procesos de restauración a gran escala. En esto algunas ONG con experiencia probada e institutos de investigación pueden servir como asesores técnicos. Igualmente, es necesario reactivar la mesa técnica nacional de restauración con representación de todos los grupos de interés y asegurar su financiamiento permanente, con el apoyo de cooperación internacional, distintas ONG e institutos de investigación.

En las últimas décadas, el país ha acumulado una buena cantidad de experiencias de restauración en diferentes ecosistemas y regiones, realizadas por entidades públicas, empresas privadas, ONG y comunidades, con resultados buenos, regulares y malos. Sin embargo, son pocas las experiencias de largo plazo y a gran escala de las cuales se pueden tomar múltiples lecciones aprendidas, como en algunos procesos realizados por empresas en el marco de compensaciones ambientales. Por lo tanto, es importante identificar esos procesos consolidados de los que se pueda echar mano y sirvan de referencia, donde se permita realizar visitas guiadas para compartir conocimientos, sean sitios de encuentro, capacitación y entrenamiento; faciliten el acompañamiento y orientación para la conformación de viveros locales y nuevas intervenciones regionales.

Es fundamental promover y fomentar la formación integral sobre restauración de ecosistemas a todo nivel: tecnológico, profesional y posgrado (especialización, maestría, doctorado), para contar con talento humano necesario para asumir estas grandes metas y se debe priorizar esta temática para asignación de recursos para becas e investigaciones científicas en las convocatorias del Minciencias.

Como se quiere fomentar una amplia participación comunitaria en los procesos de restauración, para la generación de capacidades locales se debe articular y desarrollar una estrategia nacional de divulgación y educación ambiental enfocada en las implicaciones de la crisis ambiental (cambio climático, pérdida de biodiversidad, deforestación, etc.) y la restauración de ecosistemas. También es necesario apoyar y acompañar a las comunidades locales para que se organicen democráticamente, formalicen sus documentos, aprendan a tramitar sus diferencias, lleven su contabilidad, manejen sus recursos y cumplan con obligaciones laborales y contractuales. Así mismo, se deben fortalecer técnicamente en la propagación y viverismo de especies nativas, implementación, mantenimiento y monitoreo participativo de estrategias de restauración, entre otros temas.

Para realizar el seguimiento a las inversiones con dineros públicos, se debe promover un registro único nacional obligatorio de áreas en proceso de restauración a cargo del IDEAM, en una plataforma publica con información estandarizada (polígonos con ubicación espacial de las iniciativas, áreas intervenidas en restauración asistida y no asistida, ecosistemas, estrategias realizadas, especies utilizadas, mantenimiento realizado, monitoreo, registro de viveros locales, entre otros), que sea actualizada anualmente.

Para lograr sostenibilidad de las áreas en proceso de restauración a gran escala en los territorios, es necesario promover otras actividades productivas que sean compatibles con los objetivos de la restauración, como lo son: la apicultura, el turismo rural o de naturaleza y el aprovechamiento de productos forestales no maderables como: semillas, frutos, cortezas, flores, follajes, colorantes, entre otros. Así mismo, se deben promover procesos de restauración de sistemas productivos que han sido degradados y tienen baja productividad como en áreas de ganadería extensiva, donde se pueden incluir modelos silvopastoriles con especies maderables, donde los propietarios puedan con el tiempo aprovechar y beneficiarse de las especies plantadas.

Debido a la necesidad y urgencia apremiantes por las múltiples crisis ambientales que afronta el país y el planeta, la restauración de ecosistemas no será una moda pasajera y va ser muy necesaria por varias décadas, así que más allá de solo enfocarnos en ejecutar presupuesto y cumplir las metas en número de hectáreas o árboles plantados de cada gobierno, debemos levantar la mirada, pensar y actuar para sentar unas bases firmes con una adecuada curva de aprendizaje institucional que contribuya a cumplir los objetivos nacionales e internacionales y obtener los resultados deseados a largo plazo, hacer uso más eficiente posible de los escasos recursos públicos y lograr beneficiar realmente a las comunidades que dependen y necesitan recuperar sus ecosistemas degradados.

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