Nota de presentación, Revista Caldasia, Volumen 41, Número 1.

Nota de presentación, Revista Caldasia, Volumen 41, Número 1, p. iii-iv, 2019 Ir al sitio web.

La generación de nuevo conocimiento científico sobre los ecosistemas es uno de los pilares para avanzar en la comprensión y sostenibilidad de los territorios; la incorporación de esos conocimientos en la toma de decisiones nos puede llevar a ser más asertivos no solo para planear el territorio sino para entender los cambios y las urgentes necesidades de la sociedad. Cada nueva interpretación, dato, modelo, resultado, producto del estado y tendencia de los ecosistemas de Colombia, es sin duda alguna una oportunidad para buscar mejores opciones para asegurar que las contribuciones de la naturaleza al bienestar humano se mantengan, protejan y, sobre todo, se valoren frente a la balanza del desarrollo del país.

El Bosque Seco Tropical (bs-T) es un conjunto de ecosistemas que se caracterizan por permanecer varios meses en el año sometidos a sequía y estrés hídrico, con eventos de lluvias torrenciales y con vegetación, fauna, microorganismos y procesos ecológicos adaptados a estas condiciones de estacionalidad climática. Por su transformación y degradación a nivel mundial, este ecosistema ha sido considerado uno de los más amenazados del mundo. En Colombia el bs-T también se encuentra bastante amenazado principalmente por la ganadería y agricultura extensivas, minería a gran escala y el establecimiento de ciudades y otros asentamientos humanos. De acuerdo con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH) el bs-T es considerado uno de los ecosistemas menos estudiados del país, y con mayor prioridad de conservación. De acuerdo con este panorama el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia ha declarado recientemente al bs-T como un ecosistema estratégico para su estudio y conservación.

La extensión original del bs-T en Colombia era mucho mayor y su área potencial ha sido estimada en aproximadamente 8,8 millones de hectáreas; se considera que en los pocos remanentes que existen en el país subsiste aproximadamente el 8 % de la cobertura original. En el país el bs-T cubría buena parte de los valles geográficos de los ríos Magdalena y Cauca, la costa caribe, los valles de los ríos Dagua y Patía en el suroccidente, y parte del piedemonte y los llanos orientales (Pizano y García 2014). La historia de transformación de este ecosistema en el país se remonta a varios siglos atrás, pues la ocupación humana desde la época de la conquista y la colonia estuvo acompañada de la necesidad de hacer uso de los recursos naturales del bosque seco, entre los que se destacan el suelo y los recursos maderables. Con el tiempo la mayoría del bosque primario ha sido convertido en tierras de cultivo y ganadería.

En Colombia el bosque seco desafortunadamente ha sido mucho más rápidamente transformado que lo que se ha estudiado. Por otra parte, la representación de los bs-T en el sistema nacional de áreas protegidas es muy baja. El bs-T alberga una buena diversidad de especies de fauna y flora, muchas de estas especies consideradas como endémicas. Así mismo, el bs-T presenta funciones ecológicas y servicios ambientales vitales para sustentar las comunidades que los habitan como la regulación hídrica, la retención de suelos, el ciclaje de nutrientes, la provisión de alimentos, leña y madera, y la captura de carbono que regula el clima y la disponibilidad de agua y nutrientes, entre otros. Ante este escenario de gran intervención y transformación, la restauración ecológica y la declaración de nuevas áreas protegidas se convierten en importantes estrategias para la recuperación y conservación de los pocos bs-T del país.

Para la Fundación Natura y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, contribuir al estudio y conocimiento de estos ecosistemas de bs-T es relevante. Desde 2014 a 2018 la Fundación Natura y Enel-Emgesa, como medida de compensación ambiental por la construcción de la Central Hidroeléctrica El Quimbo, han venido trabajando en el desarrollo de un Plan Piloto para el proceso de restauración ecológica a gran escala del bs-T interandino del alto valle del Río Magdalena en el departamento del Huila. Producto de este trabajo la Fundación Natura y el Instituto de Ciencias Naturales acordaron liderar la edición de este número de la Revista Caldasia con el objetivo de contribuir al mayor conocimiento, la conservación, uso y manejo sostenible de los bosques secos tropicales en Colombia, manteniendo plena independencia del equipo de Caldasia para el proceso de evaluación. En este número se presentan contribuciones con información relevante sobre las trayectorias sucesionales de la vegetación con diferentes estados de afectación, procesos de diseño y monitoreo de estrategias de restauración, estado de especies y comunidades vegetales, caracterización de poblaciones de fauna, y descripción de especies nuevas, entre otros temas.

Esperamos que las contribuciones publicadas en este número sean útiles para otros investigadores, comunidades y tomadores de decisiones, así mismo que ellas contribuyan a motivar, orientar y continuar nuevos estudios sobre los bs-T de Colombia. Agradecemos al Comité científico, al Comité editorial de Caldasia, y a los autores y evaluadores de cada uno de los artículos aquí publicados.

LITERATURA CITADA

Pizano C, García H, editores. 2014. El Bosque Seco Tropical en Colombia. Bogotá D.C.: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH).

Clara Ligia Solano

Subdirectora de Investigación y Conservación-Fundación Natura

Francisco Torres

Jefe Plan Piloto de Restauración de Bosque Seco Tropical-Fundación Natura